Es un lugar que tiene un cierto encanto, tiene potencial, pero la atención a cliente está muy perdida, a los dueños les falta más además de solo escribirte para recibirte y mandarte recomendaciones. Jamás los ves, nadie te recibe.
A menos que te toque coincidir con el chico de mantenimiento que es muy amable.
Nuestra habitación estaba semi abierta cuando llegamos y olía mucho a humedad y estaba plagada de mosquitos, lo solucionaron con insecticida, no había papel, pero luego ya nos dieron y mencionan que ya no dan shampoo.
En lo personal me gusta dormir con el aire acondicionado y la cama solo tiene una sábana que se ve percudida, por lo que pedí una frazada, total, el dueño Carlos, me dio una lección de porque la gente no quiere y pide frazadas en un clima cálido. Pero al final, supongo que le dijo a el chico de mantenimiento y me dieron una, la cual tenía una chinche o garrapata a la cual tomé foto dentro de la habitación, (no creo que haya sido con mala intención) pero urge corregir situaciones en el hotel, fumigar y estar al pendiente de los huéspedes, me he quedado algunas veces en hoteles económicos que tienen un excelente servicio y atención a cliente, ser económico no es excusa a dejar desatendido muchos detalles.