El hotel es hermoso. Es una casa antigua, como todas dentro de la medina, restaurada de manera excepcional al estilo árabe. La atención de su encargado, quien vive en la casa de junto, es muy buena. El desayuno no está compuesto de corn flakes y café; es sencillo pero hasta incluye omelette. El almuerzo que preparan con costo adicional es un poco caro pero vale mucho la pena, muy recomendable. El hotel se encuentra dentro de la medina, que es un poco pesada; el ambiente puede parecer un poco denso. Es el barrio antiguo, pero también el barrio donde vive la gente de pocos recursos. No es peligroso, pero mucha gente está al pendiente de los visitantes para venderles cosas, darles tour por la medina, darles indicaciones, recomendar hoteles, restaurantes o tiendas... no te dejan en paz. Requiere de mucha paciencia y no dejarse enganchar por nadie.