La comida deja mucho que desear, aunque también es por días. Lo cierto es que comimos principalmente ensalada, porque salvo algunas excepciones (como callos a la madrileña), no nos gustaron. El hotel es ya anticuado, con moqueta, en algunas zonas muy desgastada. Las bebidas, regular mal. Por la noche, cena la zona de actuaciones, el refresco de cola, sin gas, la cerveza no estaba fría fría.... Pero todo el personal muy atento y correcto