La experiencia ha sido genial y las vistas eran increíbles, nos ha gustado mucho.
Hemos echado en falta la posibilidad de comer o cenar en el hotel, o de que haya bar para poder tomar algo. Y no hay recepcionista en el hotel de 12 de la noche hasta las 6 de la mañana. Lo demás encantador y genial. :) Además, los huéspedes tienen la posibilidad de aparcar en el hotel, lo que facilita mucho la estancia, ya que en general suele estar completo y no es fácil aparcar.